La primavera y el comienzo del verano han sido ciertamente decepcionantes en cuanto al clima, y los jinetes han tenido que sacar sus pantalones de invierno a mediados de junio. Sin embargo, las temperaturas están subiendo y esto puede traer una nueva serie de desafíos para los jinetes. La humedad, el calor y, por no hablar de las moscas, pueden hacer que su caballo se sienta incómodo.
Aquí le damos algunos consejos para ayudarle a mantenerse fresco y feliz durante los períodos de calor.
Proporcionar refugio
Si su caballo pasa el día al aire libre, es importante proporcionarle algún tipo de protección contra el sol. Puede ser un grupo de árboles, un refugio en el campo o incluso un refugio temporal cubierto con lonas si no hay otros medios para escapar de la luz solar directa.
Si su caballo tiene áreas blancas o rosadas en la cara o los talones, protéjalos con bloqueador solar, ya que tienen menos pigmentación y pelo más fino que otras áreas del cuerpo.
Utilice sábanas mosquiteras
Utilice mantas ligeras y transpirables para evitar que su caballo sea molestado y picado continuamente por las moscas . Elija una de color claro que refleje mejor el calor del sol que los colores oscuros. Debe estar hecha de un tejido suelto que permita que escape el sudor y, en los días más calurosos, riegue la manta y el caballo con una manguera para que estén más frescos.
Ajuste sus tiempos de conducción
En días muy calurosos, salga a andar temprano por la mañana o a última hora de la tarde, cuando las temperaturas son más frescas, o reduzca la duración y la intensidad del paseo si esto no es posible. Asegúrese de mantenerse fresco para poder andar al máximo de sus capacidades. Use tejidos técnicos que absorban el sudor y un gorro de montar con aberturas para permitir que el calor escape por la parte superior de la cabeza.
Si la temperatura es superior a 30 °C, posponga la salida hasta que baje, ya que de lo contrario puede correr el riesgo de sufrir molestias o un golpe de calor para usted y su caballo.
Refresca a tu caballo con agua
Si su caballo suda después de hacer ejercicio, refrésquelo con una manguera o echándole baldes de agua fría, centrándose en el pecho, el cuello y las patas, donde se encuentran las arterias principales. Tenga cuidado con la cara y no dirija el agua hacia sus fosas nasales.
Deje que el agua se evapore sin rasparla. Ofrézcale abundante agua fresca para beber y asegúrese de que tenga acceso continuo a ella durante todo el día.
Déjelo descansar y recuperarse adecuadamente antes de volver a hacer ejercicio. Si su caballo está en un establo, asegúrese de que el establo esté bien ventilado y considere usar un ventilador que esté fuera del alcance de su caballo para maximizar el flujo de aire.
Vigila la dieta de tu caballo
Añadir electrolitos (vitaminas y minerales esenciales como magnesio, calcio y potasio) a la dieta de tu caballo puede ayudarlo a rehidratarse de manera más eficaz y a mantenerse bien hidratado. Asegúrate de que sus alimentos sean de fácil digestión y no demasiado ricos en fibra, que genera calor corporal interno.